La medida anunciada por el primer ministro, Narendra Modi, afectará a un total de 15 sectores y reducirá los trámites burocráticos para invertir en el país
El primer ministro indio, Narendra Modi, anunció el pasado 10 de noviembre una relajación de las normas para la inversión extranjera directa en 15 sectores entre los que se encuentran el de defensa, aviación, agricultura, telecomunicaciones, banca o minería.
El objetivo de esta medida, según un comunicado del gobierno, es "liberalizar, racionalizar y simplificar el proceso de las inversiones extranjeras en el país", además de simplificar el proceso para que los inversores no choquen con una burocracia excesiva. El anuncio coincide con el desbloqueo de proyectos de infraestructuras, principalmente carreteras y puentes, que se encontraban atascados en los últimos seis meses, por un valor de 56.000 millones de euros.
Según sus declaraciones en el pasado Delhi Economics Conclave, el primer ministro está satisfecho con la marcha de la economía: "El PIB ha crecido y la inflación ha bajado, la inversión extranjera aumenta y el déficit por cuenta corriente ha disminuido, los ingresos públicos aumentan, el déficit fiscal ha bajado y la rupia está estable".
Desde septiembre de 2014 Narendra Modi y su Ejecutivo desarrollan el ambicioso plan ‘Make in India’ para impulsar la fabricación extranjera en el país, aumentar la importancia del sector en el PIB, crear empleo y mejorar la competitividad. Esta iniciativa se basa en cinco pilares de actuación: El desarrollo de las infraestructuras, la producción industrial, el sector energético, la formación y cualificación de los trabajadores y la creación de un ecosistema favorable para los negocios. El Gobierno trata así de convertir al país en un centro de producción mundial para atraer las inversiones, buscando no sólo la entrada de nuevos inversores, sino facilitando el trabajo de los ya presentes.