Asistimos a esta presentación telemática, de la que se extrajeron las conclusiones que desgrana este artículo
El auge de las plataformas digitales ha atraído la atención de medios de comunicación, reguladores y académicos. No obstante, sigue habiendo importantes lagunas de conocimiento sobre las dinámicas de género existentes en la economía de plataformas. Para ayudar a llenar ese vacío, Digital Future Society (DFS) ha publicado «Global Perspectives on Women, Work and Digital Labour Platforms (Perspectivas Globales sobre las Mujeres, el Trabajo y las Plataformas Laborales Digitales)», una colección de 10 artículos escritos por 26 expertos en economía de plataformas, en los que se trata cuestiones clave sobre las mujeres que trabajan en plataformas digitales en diferentes partes del mundo.
Con motivo del lanzamiento de esta publicación, Digital Future Society –que firmó un acuerdo de colaboración con la Fundación Consejo España-India en marzo de 2021– organizó una sesión telemática con dos paneles en los que participaron algunas de las autoras de los artículos. Tras la apertura de la sesión a cargo de Cristina Colom, Directora del DFS, el primer panel se centró en las experiencias, oportunidades y retos de las mujeres en las plataformas laborales digitales. Participaron Francisca Pereyra, Sociologist and Associate Professor of UNGS; Ambika Tandon, Senior Researcher of Centre for Internet and Society (CIS); Uma Rani, Senior Economist of International Labour Organisation (ILO) y fue moderado por Olivia Blanchard, Researcher of Digital Future Society.
El segundo panel abordó el impacto de la pandemia en las mujeres que trabajan en la economía de plataformas, así como el futuro de las agendas de investigación y las políticas públicas. Las ponentes fueron Megha Kumar, Deputy Director of Analysis and Senior International Political Risk Analyst of Oxford Analytica; Funda Ustek-Spilda, Post-doctoral Researcher and Project Manager of Fairwork; Salonie Muralidhara Hiriyur, Senior Coordinator of SEWA Cooperative Federation y fue moderado por Abigail Hunt, Policy Officer of Trades Union Congress.
Asistió nuestro responsable de proyectos, Mikel Herrera, quien extrajo las siguientes ideas y conclusiones de ambos paneles y de los diez artículos:
Existe una falta de conocimiento sobre las experiencias o las barreras a las que se enfrentan las mujeres que trabajan en la economía de plataformas. Pese a que el trabajo en plataformas ofrece a las mujeres una serie de oportunidades – flexibilidad, una entrada o reentrada en el mercado laboral, unos ingresos (a veces superiores a los del mercado laboral tradicional), independencia financiera y social, inclusión digital, etc.– las plataformas digitales no romperán necesariamente con las desigualdades estructurales de las economías laborales tradicionales. De hecho, la economía de plataformas suele presentar una continuidad de dichas desigualdades o incluso las amplifica.
Aunque la flexibilidad es positiva para las mujeres, pues suelen realizar la mayoría de las tareas de cuidado no remuneradas y, por tanto, se enfrentan a restricciones a la hora de acceder a un empleo tradicional, el trabajo digital ha reforzado las divisiones de género existentes en el mercado laboral. La pandemia de la COVID-19 exacerbó aún más estas divisiones, ya que los servicios de comercio electrónico y de reparto están principalmente dominados por hombres. Mientras que algunos países están estudiando reformas con perspectiva de género que podrían mejorar la seguridad laboral y las condiciones de empleo de las trabajadoras, los mecanismos de protección laboral se están reduciendo en economías con excedente de mano de obra, como China e India.
Las trabajadoras de plataformas laborales digitales en estos países sufrirán discriminación de género en la contratación, salarios más bajos que los de los hombres y un mayor riesgo de acoso. Esto imposibilitará la consecución de los ODS para 2030 en materia de igualdad de género y, a largo plazo, impedirá que la economía digital aproveche plenamente el potencial de las mujeres como trabajadoras y consumidoras.
Por otro lado, las mujeres se enfrentan a considerables barreras de entrada en la economía de plataformas, lo que se refleja en su baja participación en el transporte y el reparto, sectores en los que se concentra la mayoría de la mano de obra de las plataformas. Las mujeres están empleadas predominantemente en sectores históricamente feminizados, como el trabajo doméstico, los servicios sanitarios, los sectores de cuidado y belleza, y la tutoría en línea. En el caso de India, la participación laboral de las mujeres es baja en el sector formal y alta en el informal, lo que implica que las mujeres indias trabajan, por lo general, en malas condiciones laborales y con salarios bajos. La creciente formación educativa de las mujeres no se ha traducido en una mayor participación en el mercado laboral.
El sector del trabajo doméstico es muy informal y está muy feminizado en todo el mundo. En India, aunque los datos oficiales indican que el país cuenta con 4,75 millones de trabajadores domésticos, de los cuales 3 millones son mujeres, investigadores y expertos sugieren que probablemente haya unos 50 millones de trabajadores domésticos. La posición negociadora en desventaja de las trabajadoras domésticas y las condiciones de pobreza les obligan a aceptar prácticas laborales injustas, como salarios indebidamente bajos, retrasos en los pagos, pago insuficiente o impago de los salarios, horarios extremadamente largos y, a veces, formas más extremas de abuso y explotación.